El síndrome del intestino irritable (SII), más comúnmente conocido por el nombre de colon irritable o colitis mucosa, se trata de una enfermedad inflamatario de carácter crónico que afecta al tracto gastrointestinal y, principalmente, al intestino grueso. Puede manifestarse a través de una diversa sintomatología que, con frecuencia, incluye malestar abdominal, diarrea o estreñimiento.
Es una patología muy frecuente, pues se estima que puede padecerla hasta el 10-15% de la población y representa el 25% de las visitas a una consulta de médicos digestivos y nutricionistas porque alrededor de un 66% de los pacientes son capaces de establecer una relación entre sus síntomas y algún alimento, de forma que el tratamiento que reciban debe prestar especial atención a la alimentación como una herramienta con la capacidad de agravar o atenuar su malestar físico.
En el Centro Nutrición Bilbao somos especialistas en nutrición, y nuestro objetivo es mejorar la salud y bienestar de nuestros pacientes a través de una adecuada pauta dietética, hábitos saludables y un acompañamiento emocional en todo el proceso.
Pero vayamos por partes: ¿Qué es exactamente el síndrome del intestino irritable?
Síntomas del síndrome de intestino irritable (SII)
La sintomatología que presenta el colon irritable varía de una persona a otra, y su afección puede empeorar o mejorar durante un determinado periodo de tiempo. Se suele diagnosticar cuando el paciente presenta síntomas, durante un mínimo de tres días al mes a lo largo de tres meses o más.
Los síntomas más comunes del síndrome del SII son los siguientes:
- Dolor abdominal
- Calambres abdominales
- Pesadez de estómago
- Hinchazón
- Distensión abdominal
- Cambios en la apariencia y frecuencia de las deposiciones
- Cólicos

Además, en ocasiones los pacientes que padecen colon irritable pueden presentar diarrea, estreñimiento o ambos síntomas a lo largo del tiempo.
En el caso de la diarrea, esta se manifestará mediante deposiciones sueltas y frecuentemente imperiosas e incontrolables.
Por otra parte, el principal síntoma del paciente que presenta estreñimiento es la sensación de no haber terminado de defecar, puesto que la evacuación no supone la eliminación de las heces en su totalidad.
Es en la parte de la alimentación donde Nutrición Bilbao, como expertos nutricionistas, jugamos un papel esencial para ayudar a mitigar las molestias y reducir sustancialmente la inflamación porque de no hacerlo, la evolución del paciente podría agravarse
Causas que originan la enfermedad de colon irritable
Hoy en día no se conoce con certeza las causas del síndrome del intestino irritable, pero se reconoce la existencia de una serie de factores que pueden influir en su desarrollo.
- La motilidad del colon: Algunos estudios apuntan a la existencia de ciertas contracciones irregulares del colon o el intestino delgado como la causa del SII, ya que pueden generar malestar abdominal. Esta condición, sin embargo, no se presenta en todos los pacientes.
- Los cambios en la microbiota intestinal: La microbiota intestinal se refiere al conjunto de microorganismos que habitan el intestino y desempeñan un papel esencial en el mantenimiento del bienestar gastrointestinal. Las personas que padecen SII tienden a presentar una microbiota intestinal alterada, pudiendo hacerse presentes ciertos microorganismos que, mediante la producción de gas y toxinas, contribuyen al malestar abdominal de los pacientes.
- La gastroenteritis: Se trata de un antecedente habitual para los pacientes que sufren de un colon irritable, y aquellas personas que la hayan padecido tienen un riesgo 4 veces mayor de desarrollar SII.
- La salud mental: Los trastornos de ansiedad, depresión, hipocondría… pueden contribuir al desarrollo del SII, es decir puede tener un origen psicosomático. El motivo es que en situaciones emocionales adversas las personas segregamos bilis que por si solas ayudan a digerir las grasas del intestino. Sin embargo cuando el individuo tiene el estómago está vacío el exceso de bilis dado su poder laxante genera diarrea e irrita la zona intestinal. Además la propia sintomatología del paciente puede empeorar la salud mental del mismo por lo que el acompañamiento emocional es imprescindible.
- La edad: El SII es más común en personas jóvenes y su prevalencia disminuye a partir de los cincuenta años.
La menstruación: La menstruación en las mujeres no desencadena el SII pero sí puede agravar los síntomas.
¿Por qué es importante cuidar la alimentación cuando se tiene SII?
Aunque no se conoce la causa del síndrome del intestino irritable lo que sí está comprobado es que una correcta alimentación desempeña un papel imprescindible en la mejora los síntomas, por lo que una adaptación de los hábitos alimentación así como un correcto plan alimenticio mejorará su calidad de vida y salud general.
La dieta baja en FODMAP se ha utilizado con éxito para atenuar los síntomas presentados por el síndrome del intestino irritable, y se basa en la exclusión dietética de fermentables, oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos, azúcares y polialcoholes. Estos componentes se encuentran en una amplia gama de alimentos, y son los más difíciles de absorber para el intestino delgado, de manera que llegan directamente al colon donde son fermentados por bacterias intestinales. Esto genera gases y retención de líquidos; lo que, a su vez, puede agravar algunos síntomas del SII como la hinchazón, el dolor abdominal, la diarrea…

Este tipo de dieta es un programa de alimentación a corto plazo, donde se practica una restricción severa de alimentos ricos en FODMAP durante alrededor de seis semanas antes de ir reincorporándolos progresivamente en la dieta para analizar más detenidamente los efectos que producen en el paciente.
Como la dieta FODMAP implica la eliminación de una gran cantidad de alimentos, es recomendable recurrir a un nutricionista especializado con la capacidad de diseñar un programa nutricional personalizado al paciente.
Con carácter general, se desaconseja el consumo de alimentos como:
- Legumbres como garbanzos, alubias, lentejas, guisantes, habas, soja y derivados.
- Algunas verduras como la alcachofa, ajo, espárragos y cebollas.
- Cereales como el trigo, centeno o arroz integral.
- Lácteos: leche, yogur, helado, nata o quesos blandos.
- Frutas: aguacate, cerezas, manzanas, melocotón, o melón
Se aconseja el consumo de alimentos como:
- Verdura como calabaza, espinacas, judías verdes o tomate.
- Cereales como el arroz o la avena.
- Pseudocereales como la quinoa.
- Tubérculos como la patata, boniato o yuca.
- Carnes sin procesar
- Huevos
- Pescado
Cabe mencionar que el café y el té son bebidas bajas en FODMAP, pero su consumo resultaría igualmente perjudicial para el bienestar gastrointestinal de las personas que padecen SII.
La dieta FODMAP se desarrolla principalmente en tres etapas:
- La fase de restricción: A lo largo de este periodo se deberán eliminar radicalmente los elementos ricos en FODMAP. La duración de este proceso habrá de ser determinada por un especialista según las características particulares del paciente, pero la duración oscila generalmente entre las dos y las ocho semanas.
- La fase de reincorporación: Aquí comenzarán a introducirse, de manera progresiva, los alimentos ricos en FODMAP previamente eliminados para examinar más de cerca los efectos que acarrean en el paciente.
- La fase de identificación: Finalmente, una vez se hayan identificado los alimentos más problemáticos, el paciente podrá consumir los productos ricos en FODMAP que le son inofensivos a la vez que elimina permanentemente la presencia de los que agravan su SII.
Es importante destacar que la dieta FODMAP no es eficaz a nivel universal, dado que no se trata de un programa de alimentación orientado a la pérdida de peso sino al alivio de la sintomatología de una afección en particular. Si no cuentas con un diagnóstico médico del SII, su acatamiento podrá generar más perjuicios que beneficios.
Ahora, si bien el fin de la dieta baja en FODMAP no es el adelgazamiento, este suele ser una consecuencia indirecta, por lo que es recomendable que las personas con un peso bajo se refieran a un especialista capaz de orientarlas en el proceso.
En el Centro de Nutrición Bilbao somos especialistas en enfermedades inflamatorias, y contamos para ello con un equipo multidisciplinar que trabaja con el paciente de forma integral para mejorar sus síntomas físicos y emocionales.
Nuestro objetivo es que cada pauta nutricional sea cuidadosamente establecida y el plan de tratamiento se ajuste a cada paciente y su enfermedad.
Primera Sesión en Nutrición Bilbao para el tratamiento del colon irritable
El Centro Nutrición Bilbao está compuesto por un equipo multidisciplinar de especialistas expertos en tratamiento nutricional de las enfermedades inflamatorias del tracto digestivo.
Nuestro objetivo es que cada pauta nutricional sea cuidadosamente establecida y el plan de tratamiento se ajuste a cada paciente.
Para ello en la primera consulta debemos tener claro el diagnóstico ya sea porque el paciente traiga pruebas médicas que avalen el mismo o por prescripción desde el centro. Normalmente es el gastroenterólogo quien confirma el diagnóstico.
Establecemos una historia clínica completa donde se recogen síntomas, historial médico, estilo de vida y medicación que se esté tomando.
Tras todo este registro realizamos la primera fase de la dieta, la de restricción, donde se quitan los alimentos FODMAP hasta la desaparición de los síntomas. Esta fase suele durar entre 2 a seis semanas.
Evitamos dietas muy restrictivas porque reducen las bacterias beneficiosas para nuestro organismo y puede agravar el problema.
Sesiones de seguimiento nutricionales para el tratamiento del colon irritable
Una vez excluidos los alimentos FODMAP y habiendo asegurado la desaparición de los síntomas en el paciente, pasamos a introducir poco a poco los alimentos (fase de reincorporación), llevando un registro exhaustivo de cómo evoluciona el paciente para identificar cuáles son aquellos que generan su malestar (fase de identificación). En todo este proceso hay un acompañamiento emocional ya que muchos pacientes se ven vulnerables ante el dolor y molestias
Toda la ingesta de alimentos debe ser controlada a nivel de cantidad y frecuencia para asegurar la tolerancia.
Una vez controlada la sintomatología del paciente ya solo queda hacer un seguimiento de la correcta evolución de su plan nutricional.